Oliva nos ha vuelto a demostrar por qué es uno de los mejores diseñadores de Cibeles Madrid Fashion Week. Su colección es un magnífico ejemplo de costura con mayúsculas. No en vano, el propio diseñador aclaraba que su propuesta para el próximo invierno pretende ser un homenaje a la época dorada de la costura española. Un homenaje que Oliva maneja de forma sentida, leal y justa.
Su colección es un magnífico ejemplo de costura con mayúsculas. No en vano, el propio diseñador aclaraba que su propuesta para el próximo invierno pretende ser un homenaje a la época dorada de la costura española.
La sombra alargada de los vestidos y los dos piezas se veía reforzada por el largo –por debajo de la rodilla- y por la silueta, estrechísima. Desde luego a Oliva no le gusta escoger el camino más fácil: la primera parte del desfile ha incluido una serie de vestidos de un tweed en tonos coral muy grueso, casi rústico, que superponía a los diseños unas sobrefaldas más corta rizadas en un interesantísimo juego de volúmenes complicado de manejar, que sin embargoOliva resuelve sin problema.
La espalda ha sido otro de los focos de atención, con rizos y volúmenes casi inflados que parecían tirar la silueta hacia detrás. Los cordones que anudaban –en ocasiones casi estrangulaban- la cintura y el cuello contribuían a crear esa atmósfera deliciosamente opresiva. Las formas redondeadas de las mangas cuchara y el efecto capa-corola de las chaquetas aportaban dulzura al conjunto. Más adelante nos esperaba una serie de dos piezas en blanco y negro con patrones más sólidos y lineales, además de una inolvidable colección de vestidos en color verde pavo real con drapeados y una hipnótica caída.
La música hitchcockiana ha contribuido a reforzar la atmósfera inquietantemente elegante del desfile. La versión en piano del tema Little 15 de Depeche Mode ha acentuado la melancolía de las prendas, cargadas de feminidad, mimo y talento.
Colección Nº 15
Otoño Invierno 2011 - 2012