04 Sep Pertegaz se queda para siempre
En 1918, en un pueblo de Teruel llamado Olba, nació Manuel Pertegaz. A los 9 años se trasladó con su familia a vivir a Barcelona y fue en 1930 cuando comienzó su aventura profesional. Su primer trabajo fue en una joyería y, al poco tiempo, formó parte activa en la sastrería de Angulo.
El joven Pertegaz descubrió esta época su pasión por los diseños femeninos y empiezó a realizar trajes para sus amigas y familiares.
Si bien su ropa definía a la mujer en general, el diseñador vistió a las mujeres más importantes del mundo, desde Ava Garner a la Reina Doña Letizia pasando por Audrey Hepburn, Jackie Kennedy y Wallis Simpson.
Mención especial merece, Bibis Samaranch, su amiga y confidente, a quien consideró su musa e inspiración desde que la vistió de novia en 1955 para casarse con Juan Antonio Samaranch hasta que ella falleció en el 2000.
Manuel Pertegaz fue, durante toda su vida, un hombre de pocas palabras, pero siempre dejó constancia de que, para él, su estilo definía a un tipo de mujer elegante y sofisticada.
Con treinta y seis años, en 1953, Manuel Pertegaz realiza su primer viaje a Estados Unidos. Allí presenta su colección en Nueva York, Boston, Atlanta y Filadelfia.
Se autodefinía como una persona perfeccionista y siempre defendió que era el vestido el que se debía adaptar al cuerpo de la mujer y no a la inversa.
Y fue un éxito. El mercado americano descubre su exquisito “saber hacer” y llega a recibir pedidos de grandes almacenes de lujo, e incluso, la Universidad de Harvard reconoce oficialmente su talento otorgándole el premio Oscar de la Costura.
En 1972 participa en la Moden Woche de Munich y en la Interchic de Berlín, donde se le concede la Medalla de Oro de la ciudad de Berlín. También obtiene la Medalla de Oro de Boston.
Todo ellos fueron algunos de una hilera de éxitos y galardones que venían a confirmar lo que ya era más que sabido por todo el mundo: Pertegaz había revolucionado la moda española y el concepto de femineidad.
De Vogue.es