la diseñadora ha optado por una línea claramente continuista respecto a su última colección a la hora de plantear su propuesta de invierno, es decir, prendas cortadas en tejidos como el algodón y la seda que, debidamente tratados, consiguen una corporeidad bastante alta. De ahí que los diseños parezcan haber sido esculpidos en tres dimensiones para poder ser observados desde cualquier perspectiva.
El cambio más drástico de Barros en Maiólica, que así es como se llama la colección, respecto a la anterior hay que buscarlo en el uso del color
Así, lo que para verano es azul Klein y amarillo, para invierno se torna blanco y negro.
Los hombros inflados y los inteligentes detalles de costura, como usar el nido de abeja para entallar la cintura, están dotados de ciertas reminiscencias victorianas. No en vano, la diseñadora se ha inspirado en las muñecas de porcelana inglesas para dotar de un cierto aire decimonónico a su propuesta.
En definitiva, una colección femenina, bien resuelta pero un tanto templada.
Colección Barros en Maiólica
Otoño Invierno 2010 2011